Día 1:
El primer día en la gran manzana me levante antes de que amaneciera, ya que quería aprovechar el día al máximo.
Después de descubrir que el desayuno en el hotel de Manhattan en el que me hospedé era muy americano, mucha salchicha, bacon, huevos revueltos pero poco pan «de verdad» con el que desayunar con fiambre y mucho menos aguacate… Me tuve que conformar con unas rebanadas de pan de molde y mermelada, plátano con mantequilla de cacahuetes y un café demasiado americano.
Después del desayuno, me dirigí a Foley Square, plaza donde confluyen varios edificios importantes, la Corte Suprema, el Ayuntamiento de Nueva York, el palacio de justicia y el Edificio federal, dónde los ciudadanos extranjeros consiguen la nacionalidad. En esta importante plaza empecé un free tour que me adentro a China Town, Little Italy y el Soho, acrónimo de South Of Houston; con este free tour pudimos adentrarnos en la vida de estos barrios y descubrir algunos de los graffitis de los que se esconden por toda la ciudad.







Una vez terminado el free tour, bajé por Broadway Street con la intención de dirigirme a comer a Brookfield Place, un lugar totalmente recomendable tanto por su arquitectura como por las tiendas de marcas de lujo qué podrás encontrar, lo que más me fascinó fue los espacios de restaurantes tanto en la planta baja como en la superior, en una misma zona puedes elegir diferentes tipos de comida.


Después de disfrutar de una agradable comida, me dirigí al Museo memorial del 11S. Sinceramente no esperaba que impresionara tanto, ver una columna de hierro de las torres gemelas doblada como si fuera de plastilina impacta sobremanera.








Terminada la visita del museo no podía irme sin disfrutar de las espectaculares vistas de la ciudad des de el observatorio One World, las vistas desde allí son abrumadoras.








A las 7pm tenía contratado una visita guiada por el río Hudson para ver todo el skyline de Manhattan iluminado. Hasta que no estuve sentada en el barco viendo los imponentes edificios no fui consciente de que estaba en Nueva York.



Después de la magnífica excursión por el río fui a cenar a Kings of Cobe dónde he podido degustar un magnífico perrito caliente con patatas fritas que hacía muchísimo que no comía y es tan típico neoyorquino.


Día 2:
En mi segundo día por la gran manzana también madrugué, aunque cómo no dormí del todo bien me entretuve mirando cosas para hacer por la ciudad.
A partir del segundo día empecé hacer un desayuno muy americano pero lo más saludable posible, huevos revueltos, plátano con mantequilla de cacahuetes y un par de sorbitos de no café, y lo que me daba la vida el zumo de naranja, aunque lo veas envasado reconozco que era casi como el natural, opinión de una persona que NUNCA bebe zumo de naranja envasado porque me parecen todos artificiales.

Al final decidí improvisar un poco ya que el día anterior de camino al tour nocturno en barco descubrí que cerca del hotel se encontraba el mirador Vessel, que aunque se encontraba cerrado por el covid, la arquitectura es digna de admiración.




Desde la misma plaza donde se encuentra el Vessel está la entrada del nuevo parque que han construido por el trazado de una antigua línea de tren, el High Line Park, durante el recorrido hay pequeños miradores para que te sientes a contemplar la ciudad que nunca duerme y por unos minutos dejes el estrés y la velocidad que te hace coger New York.





Dejé el High Line para ir a visitar el Chealse Market, un lugar con mucho encanto aunque a pesar de no ser temprano muchas tiendas y puestos aún estaban cerradas.
Saliendo del mercado calle abajo llegue a Little Island, un parque construido sobre un conjunto de pilares con forma de flor ganando terreno al río Hudson. Desde el maravilloso parque puedes ver el skyline de Hoboken, un estado que se encuentra enfrente de la costa oeste de Manhattan.









Desde Little Island volví adentrarme hacia el centro de Manhattan para pasear por els precioso barrio de West Village, dónde la arquitectura cambia por completo pasando de los inmensos rascacielos de muros cortina a casitas del clásico ladrillo visto con planta semi-sotano, planta baja más planta piso, si de por sí el conjunto arquitectónico aporta a las calles un aire señorial con la decoración navideña que los propietarios han puesto con tan buen gusto es una fantasía perderse por sus calles. En el mismos barrio puedes ver el edificio de Friends así como la casa de Carrie Bradsaw la eterna protagonista The Sex on the City.

Antes de dirigirme a Washington Park pasé por el restaurante francés la Buvette New York, un restaurante con todo el encanto parisino y que sin duda es 100% recomendable.

Cómo comentaba, después del tentempié me dirigí al Washington Park dónde puedes ver el Arco de Washington y justo por la salida este del parque empiezan los edificios que conforman la New York University.

Llegué al Brooklyn Bridge por Broadway Street aprovechando para entrar a ver algunas de las tiendas que llevo apuntadas para ver si me hago un autoregalo, la tienda de Steve Madden tiene muchos números, me queda pendiente volver un día que no vaya a estar todo el día fuera para hacer algunas compras.
El Brooklyn Bridge es un must que debes hacer si vienes a la ciudad, es un paseo más que agradable, la sensación que te invade es de ser muy pequeñita con respecto al río, los edificios, el puente Washington, que está muy cerca, y las vistas son imponentes.






Una vez cruzado el puente no puedes dejar de fotografiarte en el DUMBO, acrónimo de Down Under the Manhattan Bridge Overpass. Cómo recomendación personal, te aconsejo que vayas a comer al Time Out Market New York, es un espacio en una antigua fábrica dónde tienes una oferta culinaria de comidas de todo el mundo.


Otra parada obligatoria antes de irte de Brooklyn es pasear y embelesarte con las vistas del skyline de Manhattan al atardecer des de el Brooklyn Bridge Park.




Como hacía frío y tenía entradas para ver a los Nets en el Barclays Center de Brooklyn opté por llegar al estadio andando para hacer tiempo, si puedes ir a ver un partido de la NBA es más que recomendable por el espectáculo que tienen montado alrededor del baloncesto.

Después del espectáculo de la NBA cogí metro para llegar al hotel y descansar que si el viernes fue intenso el planning para el sábado iba a serlo mucho más.
Día 3:
El sábado lo organicé a base de tours, por la mañana cogía el bus del tour contrastes en el Hotel Pensilvania, así que después de desayunar y arreglarme me dirigí dando un paseo hacia allí, reconozco que el hecho de que el bus ya llegara tarde, no me emocionó y teniendo en cuenta que desde la ventanilla de un bus ves la cosa de forma limitada, pues no empezó con buen pié para mí y si luego le añadimos que los puntos «emblemáticos» por los que nos pasearon tampoco no eran nada del otro mundo junto con los comentarios machistas y racista del guía pues no ayudó que fuera un tour agradable. Me quedo con las cuatro cosas que me gustaron pero no sería un tour que recomendara.




Por suerte terminó antes de lo previsto y pude parar a comer con algo más de tiempo del que tenía previsto, de camino entre Little Italy, que fue donde nos dejó el tour contrastes y Colombus Circle que es desde donde empezaba el otro, encontré un sitio de poke así que me decidí por parar a comer allí ya que iba a ser rápido y es una comida sana, la verdad es que estuvo exquisito el bowl.

El tour de la tarde se llamaba Christmas light y hacías un recorrido de 4h por los diferentes mercadillos de Navidad en puntos singulares que han ido montando por la ciudad, empezamos por el de Colombus Circle que está en la esquina oeste de Central Park, a continuación fuimos a la Pulitzer Fountain qué está en la esquina este del parque con la 5th ave. desde aquí empezamos a subir por la 5th avenue para ver la decoración navideña de las emblemáticas tiendas así como el árbol de Navidad del Rockefeller Center con su pista de hielo a los pies del árbol, también entramos a St. Patrick Cathedral.







Seguimos bajando hacia el Downtown hasta llegar a Bryan Park, dónde también había mercadillo navideño con su propio árbol de Navidad y pista de hielo. Después de verlo fuimos a coger el metro para llegar al último mercadillo que visitamos en Union Square dónde terminamos el tour, después de visitarlo y hacer algunas comprillas me fui al hotel. Cómo estaba cansada opté por cenar pidiendo sushi por Uber Eats e irme a dormir temprano para el gran día que me esperaba el domingo.


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