¡Hola a todos!
En la entrada de hoy os voy a explicar nuestras horas en Teruel, ya que no llegamos ni a estar 24 horas. Como os explicaba en la entrada anterior nos fuimos desde Albarracín hasta Teruel con el tiempo justo de instalarnos en el hotel, comer y ya tener que ir al encuentro del tour que habíamos contratado.
Nos hospedamos en el Hotel Reina Cristina, si vais alguna vez os lo recomiendo ya que está en todo el centro, se aparca bien, suben en ascensor casi hasta la puerta del hotel, no es excesivamente caro, reformado de no hace mucho porque las habitaciones y el hotel en sí estaba impecable; lo encontré muy confortable. Aparcarmos afuera del parking de la estación de renfe, porque tuvimos la suerte de encontrar sitio, sino muchísima gente aparca dentro, es gratuito y a tres minutos encontráis la Escalinata del Óvalo, en la parte de abajo en un lateral hay dos ascensores que os llevan a la parte superior y así os evitáis tener que arrastrar maleta arriba por las escaleras y nada más salir del ascensor a cincuenta metros ya esta el hotel.

Una vez hecho el check in fuimos a comer por la Plaza del Torico, lo que encontramos a las horas que llegamos que nos entrara por los ojos fue el el Café-Restaurante Torico que hacen menú del día con más de 15 platos por 12€ el menú y la comida es casera y está riquísima.
Después de comer tuvimos que salir a escape porque nos empezaba el tour que habíamos contratado, con la guía recorrimos todo el centro de Teruel empezando por la plaza del Torico, que en realidad se llama la Plaza de Carlos Castel y fuimos haciendo un recorrido a través de la arquitectura de la que se puede ver y disfrutar, empezamos por la modernista, ya que era la que nos quedaba más a mano en el inicio del recorrido y continuamos por las construcciones moriscas y vimos la evolución de la propia construcción a través de las diferentes torres y puertas que en la actualidad se siguen conservando.




















Una vez finalizamos el recorrido en la Escalinata del Óvalo, nos dedicamos a pasear y callejear por nuestra cuenta, comimos algo pronto y nos fuimos a descansar. A estas alturas del viaje el cansancio acumulado ya hacía mella y no queríamos levantarnos muy tarde ya que queríamos aprovechar el último día que estábamos por la península para disfrutar de Valencia.
Pero esta magnífica ciudad os la contaré en la próxima y última entrada sobre nuestro recorrido por la Península Ibérica.
¡Nos leemos pronto!