¡Hola a todos!
Hoy os traigo el camino de Cuenca a Teruel, os estaréis preguntando ¿qué tiene de interesante el camino de una ciudad a otra? Pues os diré que yo misma acabé sorprendida de los sitios tan interesantes y diferentes que descubrimos.
Nada más salir de Cuenca, como a unos treinta o cuarenta minutos nos encontramos con el Ventanuco del Diablo, es un mirador dónde en la época que fuimos pudimos ver buitres ya que se encontraban en la época de apareamiento y debido a ese motivo estaban como más juntos en esa zona.
La siguiente parada que realizamos fue el Nacimiento del Río Tajo. Me pareció un paraje natural fascinante, perfecto para desconectar del día a día, para ir con los niños para que jueguen en la naturaleza además de estar preparado para poder hacer barbacoas. Cada vez que recuerdo el Nacimiento de Río Tajo se me dibuja una sonrisa en la cara porque evoco la imagen de tranquilidad, paz, los pájaros cantando. Es una preciosidad de sitio.
Después de la parada bucólica, nos dirigimos hasta Albarracín, un pueblo de montaña dónde muchos escaladores van porque es una muy buena zona para escalar.
Si nuestra anterior parada me había dejado sin palabras, esta no fue menos, ya que no tenía muchas expectativas y me encontré un pueblo muy modesto, cuidado, manteniendo su arquitectura tradicional y un Alcázar Medieval que hace el deleite de los que nos encandilamos fácilmente observando como la muralla abrazaba el centro urbano.
Cómo os podéis imaginar, me encanté lo indecible haciendo fotos y observando el paisaje. Cuando nos dimos cuenta nos tuvimos que ir a toda prisa ya que teníamos que llegar a Teruel, instalarnos en el hotel e ir a comer antes de la visita guiada que teníamos contratada, pero esta parte os la cuento en la siguiente entrada.
¡Hasta pronto!
Living the life 